ÁRBOL DE LA ARMONÍA, 2011
Considerando que para las culturas mesoamericanas el árbol conecta los planos del inframundo y el cielo con el del mundo terrestre y que en las religiones judía y cristiana el árbol de la vida es símbolo del pecado original, o sea el conocimiento del bien y del mal, el eje de mi propuesta es este árbol que será la vía mediante la cual se conecten los opuestos, una manera que a través de un concepto artístico los participantes tomen contacto con el hecho que no hay división en la dualidad, sino que no puede haber una cosa sin la otra, mal sin bien, feo sin bonito, etc. Esta es una estrategia transformadora para que los participantes tomen consciencia de que la armonía sólo puede elevarse, como un árbol, mediante la comprensión de los opuestos, que forman una sola realidad.
Los opuestos, frutos de un mismo árbol